domingo, 19 de febrero de 2012

El vellocino de oro



En El vellocino de oro, Robert Graves recrea la aventura de los Argonautas para recuperar la piel de un carnero que sirvió a los hermanos Hele y Frixo en su huida. Cuando el barco donde se evadían surcaba el Bósforo, Hele cayó al mar, y las fuertes corrientes impidieron rescatarla en un espacio que desde entonces se llama Helesponto. Otras versiones dicen que, con el viento del mar, Hele se convirtió en estrella, y figura en el firmamento. Los hermanos se amaban tiernamente y Frixo lloró la pérdida, recordando el tiempo feliz en que sus corazones vivían abrazados. Frixo pudo llevar a cabo su misión aunque vivió siempre atravesado por ese dulce sentimiento de ausencia. En su pasión sin nombre compuso varias poesías, una de las cuales ha llegado hasta nosotros.

Cuando allí, perdidos en la niñez,
me preguntabas toda inocente:
¿qué es amar? ¿un pájaro azul? ¿un pez?
nunca creí que estuvieras ausente.

Sobre el blando mar se alza tu lecho,
libre quisiste, hermana mía,
navegar tu rumbo, dar por hecho
nuestro tierno viaje a la alegría.

Sabes, sin ti, cuánto sufro en silencio,
sabes cuán errado es el camino,
se que sufrir por el viento es necio
y aun así sufro, ciego, mi destino.

Siento que tu amor es el pasado,
clamo por un futuro apasionado.



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